La expresidenta del Tribunal Constitucional, Marianella Ledesma, sostiene que en el Perú las reivindicaciones sociales han pasado a un segundo plano porque ahora la prioridad de los ciudadanos es mantenerse con vida, que no los maten por salir a trabajar. El del Perú es un Estado que ha sido copado por la delincuencia para operar con impunidad, afirma.
Preocupa mucho la inseguridad ciudadana. Entre un sector del Congreso y del Gobierno hay coincidencia en que la solución pasa por incorporar la figura del terrorismo urbano. ¿Puede ser efectiva o es más una medida efectista, sin sustento?
Es una medida efectista. El nuevo actor social en el país se llama delincuencia. No hablo del clásico Pedro Navaja que describía Rubén Blades, sino que estamos hablando de una delincuencia de cuello y corbata que trabaja en una organización criminal, que tiene brazos jurídicos, que establece reglas para protegerse desde el Congreso y con brazos operadores desde el Ejecutivo, con ministros del Interior que no funcionan. La delincuencia ha ido copando al Estado, ubicándose dentro de su estructura para operar con mayor funcionalidad, protección e impunidad. Esa es la realidad. No hay que dejar de mirar que la pobreza en nuestro país ha aumentado, que uno de cada tres peruanos es pobre según las cifras del INEI. Claro, todos dicen que la delincuencia ha crecido, sí, ¿y cómo están tus indicadores laborales, de perspectivas de crecimiento? Lo del terrorismo urbano es puro populismo punitivo.
Mientras, el Congreso se resiste a derogar la Ley 32108 que varios expertos han advertido que beneficia a las organizaciones criminales.
Exactamente. ¿Usted cree que los delincuentes actúan solitariamente? Acá hay una organización criminal y, por lo tanto, quien forma parte de esa organización es el Congreso. En todo caso, si quisieran deslindar tendrían que comenzar derogando esa ley para que la Policía pueda ser más eficiente y hacer los allanamientos con más efectividad. También se tendría que derogar la (nueva) tipificación de organización criminal. Este tipo de delincuencia no opera sola, opera en conjunto, en grupo y tiene diferentes formas de organización. Yo digo: la clase política forma parte de la organización delincuencial y por estamos como estamos.
¿El Congreso entonces parece actuar como brazo legal de organizaciones criminales?
Totalmente de acuerdo, no podemos decir que existe terrorismo urbano sin mirar a quienes protagonizan, toleran y generan leyes para poder blindar a este tipo de personas. El Congreso forma parte de esa organización criminal. Y no solo el Congreso, también el Ejecutivo, con decisiones ineficientes, con designaciones de ministros del Interior que no están a la altura de poder dirigir una lucha como la que se necesita.
¿La reacción de los transportistas le parece la esperable? Se ha convocado a un nuevo paro este jueves.
La discusión ya no es cómo mejoro salarialmente. Las reivindicaciones sociales pasaron a un segundo plano. Ahora la discusión es cómo protejo mi vida, ese es el reclamo central, y para mí ese va a ser el punto de caída de esta clase política, sobre todo de quien está gobernando el país, que es Boluarte. Todos somos víctimas de la inseguridad y eso va a permitir que los ciudadanos se unan para apoyar esta causa. Insisto, la discusión no es por temas salariales, es para proteger nuestras vidas. Plantean sanciones más graves cuando eso es algo inocuo. Por ejemplo, se han aumentado las penas para los que roban celulares, ¿y acaso ha disminuido su robo? No.