Luego de anular a la Diviac, el declarado enemigo del gobierno, el ministro del Interior busca renovar el Alto Mando Policial. El comandante general Víctor Zanabria tendría los días contados y su lugar sería ocupado por un viejo conocido de Santiváñez padre. Los cambios serían en agosto.
Tumbarse a la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) solo ha sido una primera muestra de los reacomodos que pretende hacer el ministro del Interior. Juan José Santiváñez entró con la pata en alto para alinear a la Policía Nacional a los intereses del gobierno y esa arremetida también la sufrió el Alto Mando PNP, que puede recibir un nuevo golpe.
En mayo pasado, solo días después de asumir el Ministerio del Interior (Mininter), de acuerdo a fuentes consultadas, Santiváñez reunió a los generales y los reprendió por no informar que la casa de la presidenta Dina Boluarte sería allanada ese 30 de marzo por el caso Rolex.
Incluso, el ministro amenazó con botar “a todos” los que integran el Alto Mando, que encabeza Víctor Zanabria. Los otros son el jefe de Estado Mayor, Óscar Arriola, y el inspector general Johnny Veliz Noriega.
El fastidio de Boluarte era real. La mandataria sentía que, pese a ser la jefa máxima de la Policía, no tenía un control sobre la institución y menos sobre el coronel Harvey Colchado, quien dirigió la intervención de la casa acatando una orden judicial.
Si bien Santiváñez tiene un vínculo cercano con el general Zanabria, con quien incluso ha compartido reseñas de un libro sobre derecho policial, las recientes denuncias contra este último habrían provocado la pérdida de confianza hacia él.
Hace más de una semana, el diario La República informó que Zanabria, siendo jefe de la Dirección de la Escuela Nacional de Formación Profesional PNP (ENFPP), cambió las especificaciones técnicas para la compra de vestuario de cadetes y alumnos, favoreciendo a las empresas proveedoras seleccionadas que no contaban con los artículos requeridos.
Y el dominical Panorama reveló que el Mininter contrató al hijo de Zanabria en el Tribunal de Disciplina Policial. Jesús Zanabria Valverde, de 35 años, nunca antes había trabajado para el Estado y bajo la gestión de su padre logró un puesto en el ministerio. No parece casualidad.
Sin embargo, para cesar de sus funciones a un comandante general antes de culminar su mandato de dos años, hay requisitos que deben cumplirse.
La Ley N.º 31570, aprobada en el Congreso en 2022 para limitar las rotaciones que hacía el golpista Pedro Castillo, estipula hasta seis causales.
Una de ellas podría ajustarse al caso de Víctor Zanabria: incurrir en falta muy grave, de acuerdo al régimen disciplinario de la PNP. Y aún estarían por conocerse más denuncias contra él.
Un viejo conocido
Fuentes consultadas por este diario señalaron que el ministro habría convencido a la presidenta Boluarte para cambiar al Alto Mando Policial. La renovación sería en agosto.
La excusa sería la eventual salida de Zanabria. Es decir, Óscar Arriola, el número dos en sucesión, y Johnny Veliz, el número tres, también pasarían al retiro.
Según las mismas fuentes, el cuarto en la línea, el general Tito Pérez Arrascue, jefe del Comando de Asesoramiento General, correría con la misma suerte.
Y el elegido para comandar a la Policía Nacional sería el general Aldo Muñoz Ygal, el quinto en la sucesión.
¿Pero por qué se buscaría puentear a tres generales? ¿Qué de particular tiene el actual secretario ejecutivo de la PNP?
Aldo Muñoz, de acuerdo a los informantes, es amigo del coronel (r) Juan José Santiváñez Marín, padre del ministro Santiváñez.
Ambos salieron de la Guardia Republicana, que junto a la Guardia Civil y la Policía de Investigaciones eran las tres facciones que existieron antes de unificarse en la PNP.
Hasta el año pasado, Muñoz Ygal fue jefe del Frente Policial Ica, región donde fue centro de cuestionamientos el incremento de la criminalidad en las calles. Antes de ostentar el rango de general, fue coronel de Inteligencia.
En su institución, el general de 59 años es conocido por ser un aficionado al levantamiento de pesas. En 2016, el Mininter le dedicó un reconocimiento por ganar un campeonato mundial de ese deporte.
Y si esto fuera poco, en mayo último, solo días después de la asunción de Santiváñez hijo, Muñoz fue el invitado estrella del podcast de la PNP y fue presentado como el “Rocky” de la Policía. Promocionado por todo lo alto.
Se trataría, entonces, de una elección por confianza, una que garantice al Ejecutivo un mejor manejo del sector.
Perú21 consultó al ministro Santiváñez si se pretende cambiar al Alto Mando y no lo negó. Solo atinó a dar una respuesta pegada a la legalidad: “Esa no es facultad del ministro del Interior”.
De acuerdo a la Ley Orgánica de la Policía, es el presidente de la República el que remueve al comandante general. No obstante, lo hace con la asesoría del ministro.
Respecto de Muñoz, tampoco negó que este sea cercano a su padre.
“General que no trabaja se va a su casa”, repite Santiváñez. Aunque los que se quedan, según las fuentes, son los de su agrado.
Ministro condecorado en apenas un mes
Resulta increíble que con apenas un mes en el cargo de ministro, Juan José Santiváñez sea condecorado con la máxima distinción a un funcionario público. Pero sucedió.
El 18 de junio, la Comandancia de la Policía aprobó entregarle a Santiváñez un reconocimiento en grado de Gran Cruz por “servicios excepcionales”.
El Acta N° 04-2024-COM/PNP, a la que accedió Perú21, dice que ese agasajo se debe a la “contribución en forma notable y excepcional” del titular del Interior “realizando coordinaciones de política nacional que han permitido fortalecer y mejorar los servicios de la Policía”.
Por esa época, ya planeaba anular a la Diviac y el programa Amanecer Seguro, su caballito de batalla contra la criminalidad, daba sus primeros pasos sin resultados concretos.
Santiváñez reconoció a este diario que recibió el homenaje “en estricto privado con la asistencia de la alta oficialidad, familiares, viceministros y altos funcionarios”.