La lideresa de Fuerza Popular afronta una investigación por lavado de activos, por lo que la Procuraduría pidió una reparación civil de S/151 millones.

De tal palo, tal astilla. Esa es una frase que identifica a la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, quien imitando las acciones de su padre, el exdictador Alberto Fujimori, cedió su patrimonio a sus hijas, según el semanario Hildebrandt en sus Trece.

La lideresa de Fuerza Popular afronta una investigación por lavado de activos y organización criminal, por lo que la Procuraduría determinó que, en caso de ser hallada responsable, pague una reparación civil de S/151 millones. En esa línea, si el Poder Judicial determina que Fujimori Higuchi es culpable, el Estado peruano no recibiría ni un sol, ya que ella no tiene ningún bien a su nombre.

Algo que puede ser difícil de creer, teniendo en cuenta que en febrero del año pasado, tras el fallecimiento de Susana Higuchi, los cuatro hijos tuvieron que tramitar la sucesión intestada. Sin embargo, un detalle que no deja de llamar la atención es que Keiko Fujimori cedió la parte de la herencia que le correspondía a sus dos hijas.

Conforme al documento que publicó el semanario, en la sucesión intestada se hizo en la notaría Cecilia Hidalgo, solo dos de los hermanos Fujimori Higuchi aparecen como herederos, Kenji y Hiro. Los otros beneficiarios son los nietos de Susana Higuchi; las hijas de Keiko y la de Sachi.

Cabe señalar que las hijas de Keiko Fujimori, como son menores de edad, para poner disponer de sus bienes necesitan un tutor legal, que podría ser su padre o su madre.