Consecuencia. Tras las últimas advertencias de las calificadoras de riesgo, el ministro José Arista responsabilizó a la inestabilidad política que el país viene arrastrando. Horas después, la presidenta enmendó la plana al titular del MEF.

Una tras otra. El 25 de abril, Standard & Poor’s Global Ratings redujo la calificación crediticia que tenía Perú, aduciendo que el desorden político desanima las inversiones. Horas más tarde, Fitch Ratings le agregó una carga negativa a la perspectiva por el elevado nivel de incertidumbre política y el deterioro de nuestra gobernanza.

Sin embargo, para el ministro de Economía y Finanzas, José Arista —pese a resaltar en sus redes sociales la estabilidad macroeconómica reconocida por la calificadora—, no fue una sorpresa que nos asignaran una perspectiva negativa. Para él, esto se explicaría más allá del escenario actual, es una crisis política que se ha ido arrastrando desde hace ya varios años y que hoy está enraizada.

En ese sentido, afirma que al no contarse con representación en el Congreso, “el Gobierno es un Gobierno débil” y que por ello no se ha podido revertir la espiral en la que estamos.

Por otro lado, señala que no tenemos superávit en la economía peruana. Esto, después de haber anunciado —hace menos de dos semanas— que el MEF no alcanzaría por segundo año consecutivo su meta fiscal de 2%, ya que se necesitarían más recursos que los proyectados a inicios de año para lograr los objetivos trazados.

Es así como se tiene previsto un déficit fiscal de 2,9%, anticipado por el Instituto Peruano de Economía (IPE), que en el mejor de los casos podría reducirse hasta un 2,3%.

Por otro lado, señala que no tenemos superávit en la economía peruana. Esto, después de haber anunciado —hace menos de dos semanas— que el MEF no alcanzaría por segundo año consecutivo su meta fiscal de 2%, ya que se necesitarían más recursos que los proyectados a inicios de año para lograr los objetivos trazados.

Por su parte, Luis Alberto Arias, exjefe de la Sunat y exdirector del Banco de la Nación, pidió no confundir a la opinión pública y aclaró en su cuenta de X que “al MEF no se le piden superávits fiscales, lo que se le pide es que cumpla con la regla fiscal”. 

En esa línea, llamó la atención del incumplimiento, a pesar de una coyuntura con el cobre a US$4,50 la libra o con el oro a US$2.300 la onza. Asimismo, Juan Carlos Odar, economista y director de Phase Consultores, señaló que con el reconocimiento del déficit fiscal, la falta de observación a los retiros de las AFP y las nuevas transferencias a Gobiernos subnacionales que ascienden a S/500 millones, es muy probable que el salto favorable de las expectativas en marzo haya sido temporal.