Faltan estrategias. Quince distritos tienen mayor riesgo de inundarse por su proximidad a los ríos Chillón, Rímac y Lurín. Pese a ello, solo ocho comunas cuentan con planes de prevención y gestión de desastres. Además, hay viviendas que deben reubicarse.
En Comas, cerca del río Chillón, se encuentra el asentamiento humano Nueva Esperanza. Contradictoriamente a su nombre, los habitantes viven en zozobra desde que incrementó el caudal del río. El riesgo de inundación y erosión está latente. “Que se apiaden de nosotros”, exclaman los vecinos.
Según los especialistas, en Lima Metropolitana existe una escasa preparación para la gestión de desastres pese a que la temporada de lluvias ocurre cada año y las zonas críticas están ubicadas. Esa situación trae como consecuencia que más de 154.000 personas estén expuestas a las inundaciones.