Pedro Castillo asumiĆ³ la presidencia del PerĆŗ el Ćŗltimo 28 de julio en una ceremonia llevada a cabo en el Congreso. Foto: Aldair MejĆ­a/La RepĆŗblica

En su primer mensaje a la naciĆ³n, el presidente Pedro Castillo sorprendiĆ³ a congresistas, invitados, televidentes e internautas cuando anunciĆ³ que no gobernarĆ” desde Palacio de Gobierno y que convertirĆ” dicha sede en un museo del prĆ³ximamente renombrado Ministerio de las Culturas. No dijo, sin embargo, en dĆ³nde iba a sostener sus despachos o reuniones de trabajo.

Han pasado ya tres dĆ­as desde el inicio de funciones del nuevo Ejecutivo y casi todo el paĆ­s, a excepciĆ³n, probablemente, de los que rodean al mandatario, no saben desde dĆ³nde Castillo Terrones estĆ” despachando ni con quiĆ©n se estĆ” reuniendo. Es por eso que, para el abogado constitucionalista Luciano LĆ³pez, el jefe de Estado ā€œno solamente estĆ” incurriendo en una falta administrativa, sino tambiĆ©n en delito de omisiĆ³n de funciones (artĆ­culo 377 del CĆ³digo Penal)ā€, ademĆ”s de que estĆ” haciendo caso omiso del principio de transparencia.

ā€œLo que sucede es que la Ley 28024, que es la ley que regula la gestiĆ³n de intereses, mĆ”s conocida como la ā€˜Ley de lobbyā€™, establece, en su artĆ­culo 16, que todo funcionario pĆŗblico, y a su vez el artĆ­culo quinto enumera quiĆ©nes son esos funcionarios, entre ellos indudablemente el presidente de la RepĆŗblica, estĆ” obligado a tener que despachar en su sede institucionalā€, explica LĆ³pez. En este caso, la sede es Palacio de Gobierno.

ā€œPero ojo, no es que no se les permita despachar fuera de su sede institucional. Lo que dice la ley es que, si es que van a despachar fuera de su sede, tienen que seƱalar con quiĆ©n y lo concerniente a ese despacho. Exactamente lo dice el nĆŗmeral 16.3. de la Ley 28024ā€³, agrega.

Esa misma norma establece, en su artĆ­culo 16.1, que las entidades pĆŗblicas, entre ellas el Ejecutivo, cuentan con un Registro de Visitas en LĆ­nea en formato electrĆ³nico en el que ā€œse consigna informaciĆ³n sobre el nombre de las personas que realizan la visitaā€.

AllĆ­ debe estar la identificaciĆ³n del visitante, ā€œpersona natural o jurĆ­dica a la que pertenece o representa, funcionario o servidor pĆŗblico a quien visita, cargo que este ocupa dentro de la entidad, motivo de la reuniĆ³n, y hora de ingreso y salidaā€. ā€œLa informaciĆ³n que brinde el visitante a la entidad pĆŗblica para el Registro de Visitas tiene carĆ”cter de DeclaraciĆ³n Juradaā€, se precisa.

No obstante, en el Portal de Transparencia, desde el 28 de julio, no hay ninguna visita registrada al presidente Pedro Castillo, a pesar de que, como se ha visto en los medios, se ha estado juntando con sus ministros. Por ejemplo, la noche del 29 de julio, Pedro Francke (cuando aĆŗn no juraba para encargarse de la cartera de EconomĆ­a y Finanzas) llegĆ³ al inmueble de BreƱa para conversar con el mandatario, reportĆ³ la prensa. Ese encuentro no estĆ” consignado, como los otros tantos que ha tenido Castillo Terrones en estos dĆ­as de su mandato.

ā€œĆ‰l tendrĆ­a, en todo caso, que mudar la sede y la mudanza no se hace por un acto unilateral. (...) El presidente no es un rey. Es el mĆ”s alto funcionario de la naciĆ³n. Pero es el primero que estĆ” obligado a cumplir con el principio de transparencia. Desde el 28 de julio, estĆ” incumpliendo la ley. Ha decidido simplemente que Ć©l va a despechar desde el inmueble en el que estĆ” reuniĆ©ndose a vista y paciencia de todo el mundoā€, manifiesta LĆ³pez.

OpiniĆ³n similar tiene la abogada Elena Alvites, profesora en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad CatĆ³lica del PerĆŗ (PUCP): ā€œEl Palacio de Gobierno es un espacio de trabajo. No es obligatorio vivir allĆ­, pero sĆ­ despachar desde allĆ­ en tanto es el espacio que estĆ” organizado para recibir visitas, reuniones y que estas, sobre todo, queden registradasā€, expresa.

ā€œSi Ć©l ha decidido (cambiar la sede), y que tampoco es sencillo, (...) hasta que eso se dĆ©, a mi juicio, Ć©l deberĆ­a despachar en Palacio de Gobierno para cumplir con las normas de transparencia y quede visibilizado con quiĆ©n se reĆŗne, quiĆ©n lo visitaā€, aƱade. ā€œCreo que estĆ” a tiempo de enmendar la situaciĆ³n y ajustarse a las normas de principios democrĆ”ticos que es la transparencia en la gestiĆ³n. Mientras mĆ”s transparente, mientras mĆ”s se conozca cĆ³mo se gestiona la gestiĆ³n pĆŗblica, un Estado es mĆ”s democrĆ”tico tambiĆ©nā€, argumenta.